EL MUNDO
24 mayo 2011
Un parche de silicona
para reducir las grandes cicatrices
Cristina de Martos
El apósito se aplica sobre la herida y reduce las fuerzas
mecánicas. Ha mostrado buenos resultados en mujeres sometidas a abdominoplastia.
Quien
más, quien menos tiene una cicatriz fea que prefiere no enseñar. La mayor parte
de las operaciones dejan visibles marcas, igual que los accidentes o las
caídas, y por mucho que trabajen los médicos en ello, es imposible evitarlas y
difícil reducirlas. Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.) ha desarrollado un parche de silicona
que, a tenor de los primeros ensayos, podría mejorar el proceso de
cicatrización.
La
regeneración de nuestra piel no es perfecta, especialmente cuando está sometida
a grandes tensiones, como sucede en muchas intervenciones quirúrgicas. Por muy
bien suturada que esté una incisión, lo más probable es que se forme tejido
cicatricial que, si es muy extenso, puede causar incluso problemas de
movilidad.
Heridas sin tratar y tratadas con el
parche
De
momento, los médicos no pueden evitar que aparezcan y los remedios diseñados
para mejorar el proceso (ungüentos, apósitos de cinta o silicona, láser...) no
han demostrado su eficacia, según los autores. "Me di cuenta hace mucho
tiempo de que no íbamos a solucionar el problema de las cicatrices con los
instrumentos y herramientas quirúrgicas actuales", explica Geoffrey Gurtner, catedrático de
Cirugía en Stanford.
En
busca de un remedio, Gurtner se sentó con Reinhold Dauskardt, experto en
ciencia de materiales e ingeniería, para estudiar las fuerzas mecánicas que
influyen en las heridas mientras se curan para idear un fino y elástico apósito
de silicona que las neutraliza. El parche se pega sobre las incisiones una vez
retiradas las suturas y al contraerse proporciona una presión uniforme en toda
la zona.
Cicatrices más discretas
Después
de probar su eficacia en cerdos, que poseen una piel parecida a la de los
humanos, los autores emplearon su adhesivo en nueve mujeres que se sometieron a
una abdominoplastia (extirpación de la piel sobrante
del abdomen). En esta intervención se quita una gran cantidad de tejido y por
eso las incisiones quedan sometidas a una gran tensión que suele originar
cicatrices grandes y gruesas.
Los
resultados de esta prueba de concepto, publicados en 'Annals
of Surgery', son positivos.
Las participantes utilizaron el apósito de silicona en una mitad de la incisión
y en la otra mitad no. Al cabo de un tiempo, un grupo de tres cirujanos
plásticos independientes y de tres voluntarios evaluaron el aspecto de las
cicatrices sobre una escala de 100.
Para
los voluntarios, la apariencia de las zonas tratadas obtuvo una media de 13,2
puntos más. Para los expertos, estaba más de 39 puntos por encima. En ambos
casos, la diferencia era muy significativa, según los autores, que ya están
diseñando ensayos clínicos más amplios para probar su invento.
Estos
resultados, concluye el trabajo, "son consistentes con la premisa de que
cuando no se alcanza el equilibrio mecánico entre el estrés fisiológico de la
piel y los componentes de soporte de la herida, los procesos biológicos de
reparación son continuamente estimulados para aumentar el tejido cicatricial y
limitar la regeneración tisular".